sábado, 13 de enero de 2024

12 de Enero

 Ayer mi mamá se animó a ver La Memoria Infinita y luego la comentamos un poco a través de mensajes. Me dijo varias cosas, entre ellas, sobre el privilegio que existe en el acceso a las terapias. 

Ayer también era tu cumpleaños. Se lo mencioné a mi mamá en medio de la conversación y obviamente ella se acordó desde el primer momento del día. Luego de eso hice el resto de mi día y en la noche soñé que le comentaba de tu historia a un ex compañero del colegio de la básica. Le contaba sobre la única vez que te vi llorar, cuando te lanzaste sobre el cajón de compañero. También sobre lo difícil que habían sido todos estos años para ti, lo difícil que se me hacía hablarte cuando no obtenía respuestas claras de tu parte, y que sin embargo pude tener la valentía de despedirme de alguna manera (creo que aún me tiembla el cuerpo si pienso en esa tarde). 

Pienso en que la última vez que te ví fue hace un poco más de dos años, que la pasamos bien. Pienso también en cómo estará tu cuerpo, si ya serás solamente huesos, si alguna vez podrás descansar de verdad. Antes cualquier cosa que me recordara a ti me hacía llorar, ahora ya no me quiebro como antes sin importar el contexto; de todas formas, eso no está mal. Me doy cuenta de lo mucho que me cuesta asimilar los cambios y las muertes, y en que tal vez no podré sanar. Pienso en hace dos años, de todas las despedidas conscientes e inconscientes que tuve que hacer, y en todo lo que hago ahora.

 ¿Te habré agradado con pelo corto? ¿Qué pensarías ahora si te contara de mi diagnóstico? ¿Pensarías también en hacértelo y encontrarías algo de sentido a tu vida, o habrás pensado que es una tontera más? ¿Me habrías acompañado a mis exposiciones? ¿Hubieras dejado que te retratara con tus flores? 

Hace tiempo no soñaba contigo. Creo que anoche, aparte de hablar sobre ti ya consciente de tu muerte y del presente, tenía algunos recuerdos vívidos de ti estando viva antes de todo lo que sucedió. Recuerdo que la última vez que te escuché claramente fue también mientras soñaba, quizás solo un tiempo después de eso. La pieza en donde conversábamos nunca fue la tuya y sin embargo pude fotografiar una esquina. Ahora pienso que mis recuerdos son tan imprecisos y débiles que sólo lo puedo recordar a través de algunas fotos y algunos sueños que se apoyan mutuamente. 

El tiempo pasa demasiado rápido y a veces siento que me arrolla. Y sin embargo sigo hablando de lo mismo de siempre.