Mirar la casa 71 era tan agradable a la vista como los efectos que produce la leche con marihuana en mi cuerpo. Era perfecta y hermosa. Es sol escapando entre las nubes se parecía a la sensación de cuando una vértebra decide volver al origen designado por la naturaleza, y se lo agradezco. La escalera que iba entre los árboles era como mi espalda desnuda, y mientras avanzas, te encuentras con el desorden en su máxima expresión, el pelo a mi cintura.
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