Era como el polvo que se adjunta a los objetos, y más tarde los consume por completo. Interesante. La flojera nos extingue a diario y envuelve tal como te domina un bicho justo impactando dentro del ojo. Duele, arde. Abstrae con las luces en el cielo. Por eso choca con mi vista. La combinación perfecta entre los colores de pupilas. Las paredes no fueron capaces de sostenerse y cayeron como cae el día y está bajo; me invita a que caiga con él, entonces le dije que sí, solo porque sí. Guárdalo todo, ocurre que alguien quisiera cortar la cadenita que llevabas atada al cuello y la muñeca y darlo a conocer. Lo hacen por su parte. Nos traicionaron, está claro. Las paredes que cayeron ya estaban derrumbadas antes de conocerlas y nos cambiaron el panorama.
Hoy solo queda dejarse dominar por el polvo que circula entre los ojos.
No nos mentían,
siempre fue una broma del destino
(o de los vacíos que lo controlan).
(o de los vacíos que lo controlan).
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