domingo, 13 de abril de 2014

Soliloquio después de una siesta

[Soñando... Soñando... Soñando... La puerta golpea. La puerta golpea contra la pared una, dos, tres veces.]
Ah, sí, la puerta. Desde el momento en que entré supe que debía cerrarla. Revive. Revive. Mi brazo. Mi brazo de nuevo. Es una combinación entre cosquillas, millones de agujas clavándome, calor, y ausencia de todas las demás, ¡a la vez! Debe parecerse a la muerte. ¡Mierda! Mi cabeza. ¿Me echaron algún químico corrosivo en los ojos que tanto me arden?. Quiero levantarme pero no es más fuerte que mis ganas de nada. Siento ojeras. Cierto que me dormí de tanto llorar recordando las 7.30 del domingo pasado. Fue enfermo. Fue una puntada en el pecho y lo sigue siendo. Quiero que alguien me libere de las seis paredes que velan pervierten mis sueños. Es desesperante tener que luchar a diario con este bombardeo de pensamientos negativos. Ven. Veamos Sintamos oscurecer la tarde y sécame las lágrimas que recorren ya todo mi cuello. 

Siento mucho no poder ser lo suficientemente... Mierda. La lucha contra las pulgas se inicia hoy, 13 de abril, por primera vez en este año. Se reactiva la batalla luego de cinco meses. No hay tanta diferencia tampoco como con la lucha de las ganas que tienen más o menos el mismo período de tiempo. 

Espero poder caminar sobre mis piernas.

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