jueves, 10 de abril de 2014

Confesión #2.

No te puedo negar,
que no hay día en que no te recuerde.
No existe algún pedazo de luz,
que excluya tu pertenencia del todo.

Las hojas leídas,
las palabras escritas,
los barcos de papel
hundidos en el océano
como tazas de café
y su espuma
te recuerdan,
también.

No voy a mencionar,
que eras mucho peor,
porque mi piel lo respira
tu ausencia
y tu presencia
maldita presencia
que desapareció
dejándome con tanto aire
en los labios,
y tanto calor
en las manos. 

Los besos rotos,
las nefastas despedidas,
las lágrimas en la ventana
hundidas en la calle gris
como monedas insignificantes
y su brillo
te recuerda,
también.

No te puedo negar que cada palabra
lleva tu sangre,
que cada suspiro
nació de tu aroma,
que cada movimiento mío
fue guiado por tus manos.

Porque solo se escribe con el corazón desgarrado.

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