martes, 14 de octubre de 2014

risotas provocadas

Lo escribo acá porque no quiero contárselo a nadie. Lo escribo acá porque no me queda otra. Lo escribo acá porque en vez de pedir ayuda parezco estar rogando limosna, y yo no estoy para dar lástima. Bueno, no sé. He caído bajo varias veces y otras hasta debajo de la tierra. Lo escribo acá porque nadie nunca podrá compartir mi dolor, el dolor que pesa a mis días y a mi cuerpo. Lo escribo acá porque ya no aguanto más callarlo,  porque a veces siento que no me la puedo, porque siento que me desintegro cada día un poco más. Lo escribo acá porque muy pocas personas en el mundo a los dieciocho años les duele levantarse cada día de la cama y no pueden caminar como alguien normal, sin dolor, sin sentir que los huesos se desgastan entre sí al rozarse.
Hoy escribo porque a ratos la tos se vuelve compulsiva, porque tengo tantos mocos que está a punto de que me dé sinusitis (si es que ya no la tengo) por lavarme tanto el pelo, ¿qué culpa tendré yo de producir tanta grasa por mi desorden hormonal? Yo no elegí tener un ovario más chico que el otro o que ninguno de los dos ovulen. Yo no elegí ser posiblemente infértil y cargar con esa duda cada día. Tampoco haber tenido dos reglas de tres semanas cada una ni casi todos los síntomas pre-menstruales. Nunca fue mi intención haber tenido ese accidente en el segundo piso en el que me golpeé la cabeza acentuando más mis dolores de cabeza, más de los que "Dios me había regalado".
No me gusta vomitar, pero tengo tendencia a ello. Sobre todo en estos días de sinusitis, de 48 horas de amigdalitis, de mucha flema, de que me de asco botarla, de que igual lleguen al estómago, y de que más encima probablemente tenga gastritis. En estos casos no sé si provocarme el vómito para aliviarme un poco. No sé si sea adecuado, aunque sigo rechazando rotundamente la idea.
Sólo espero sobrevivir este fin de semana y llegar viva al miércoles. Espero el viernes por la noche no tomar alguna determinación absurda y no matarme para que el frío no mate a mis huesos. Haber sentido este dolor durante el último tiempo ha confirmado algo que yo daría la vida porque no fuese así en realidad: uno está más solo de lo que imagina en el mundo. Por eso es que hoy he escrito acá.

23:01. 14/10. CCiuss

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