No puedo olvidar aquél día del cable a tierra, los pasos rápidos y las llamadas interminables. Donde te has ido no sé si estarás. Como tu aprendiz deberías DE estar orgulloso de mi, ¿lo ves? Ahora leo a García Márquez y los libros siguen siendo mis fieles compañeros a la hora de extrañar (y en cualquier hora la verdad). Déjame decirte, que Fermina Daza es lo suficientemente bonita y me imagino el dolor que sintió al ver morir a Juvenal Urbino. Cuando tenía 15 años no lo podía entender, no podía entender lo que significaba tener arena en el corazón. Y oye, si nos viéramos medio siglo más tarde, ¿nos miraríamos como lo hizo Florentino con Fermina? ¿crees tú? Gracias por darme el libro. Ya no está en tan lejos, lo tengo en mi corazón. Gracias por darme tantos libros y tantas buenas canciones, prometo nunca dejarán de pertenecerte, y es que solo de vez en cuando logro sentirlas con la otra partecita del corazón. Dream, ¿lo recuerdas? Era Julio y siempre sonaba, coincidía con que siempre llovía: era Julio y llovía. Llovías vos. Tú mirabas a través de los ojos de ella y por eso quizás me hiciste daño, uno nunca puede desquitarse con quien debería. Créeme que el despecho es el arma más potente y te ha resultado tan bien. Más que nada la inexistencia, la indiferencia. Aún existo aquí. No puedo reconocer por qué me importa saber que tu sabes que existo. Me gustaría que escribieras una carta en la cual mencionaras que yo respiro, o que alguien que te tuvo cerca, muy cerca, respira pequeñito y suave. Una carta que te trajera un poquito de vuelta, que me diga que en verdad exististe y no fuiste una mera ilusión.
Isabel, ¿qué será de Isabel? Dejé de tomar a Zafón cuando llegó un papel a las páginas de su libro, debe DE estar muy confundido. Lo dejé de tomar porque no pertenecía a donde comenzaba a pertenecer mi corazón. Así como yo dejé de pertenecer-te (¿lo hice?) Sí, así es. De todas formas no creo que te importe mucho, recuerdo que me dolió mucho cuando me enteré de lo anterior. Ya no he ido en buses en donde me sienta tan triste, porque no estarás más tu para reflexionar del mundo y sus malditas costumbres. Nunca más estarás tú para sufrir de la vida, para cuestionar todo aquello que se mueve o gira, para cuestionarme a mí. El camino de vuelta a casa suele ser muy triste, ¿lo sabes, no? Supongo que sí, supongo que no mentías cuando hablabas de adentro, cuando tu tinta se hacía palabra y tus labios se hacían tocar. Nadie podría ser tan cruel para mentir con una lágrima. Debes estar enojado porque no te entregué mi cuerpo, pero sí mi alma, y eso lo sabes bien. ¿Estás enojado? Espero que no, por más estúpido que suene me importa que...una cosa como tú no esté enojado conmigo.
Mírame con ojos de verano,
mírame con ojos de 5 de Mayo,
de 16 de Noviembre,
mírame con ojos de llegada,
de volver a empezar.
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