sábado, 20 de septiembre de 2014
a veces deseo quebrarme... y no cosas simples, por ejemplo, algún hueso de la mano, o el fémur, o una costilla. En realidad deseo quebrarme yo misma, quién sabe, el corazón de una vez por todas y así secarme por dentro hasta no poder respirar más este aire que en vez de llenarme de vida me oxida, o de una buena vez por todas mi columna vertebral, que el luchar con ella diariamente es la representación de mis días, de la lucha con ese demonio que llevo dentro que se llama pasado, cargas que me amarran a kilómetros de aquí, cargas que me ahogan hasta querer vomitar y finalmente hacerlo, que de vez en cuando me dan tregua para después engañarme, como un alto al fuego de 5 horas por ejemplo. Es nefasto vivir esos días, o esas horas, que te ahogan las letras como estas, que si no las tomas te aniquilan; y haciéndolo te das cuenta de todas las mierdas que hiciste y que no hiciste, y que, por lo menos yo, sí me arrepiento de muchas cosas que pudieron haber sido distintas. Hay otras que uno no hubiera sabido qué mierda hacer,como por ejemplo.. mi familia. ¿qué weá haré yo ahí metida? No sé si llamarle familia sea lo correcto, a mi padre le encanta sacar pecho por nosotros y sus bienes, y yo no pienso otra cosa que escupirle en la cara toda esta mierda que llevo guardada por su culpa; el haber deseado ser hombre en mayoría de las razones, por su trato. El maltrato que baila bajo mi techo, un asco amo de casa. Y qué se yo, ahora pienso en ti weón, esta vez con rabia, no como la última vez que te saludé, que preguntarte cómo estabas fue tan sincero como alegrarme porque me respondiste que sí y te creía. No, esta vez no es así de lindo. Hoy pienso en verte la cara y golpeártela tan fuerte que nunca se te va a olvidar por el simple hecho de que nunca supiste ponerte en mi lugar, a ese punto. Me duele tanto como tus traiciones, o más bien, tu traición, así tal cual, prefiero evitar pluralizarlo para no caer tan bajo ahora como esa vez. Y sí po weon, te lo sacaría en cara una y otra vez, tantas como sean posibles y necesarias, pero sé que no valdría la pena. Esto es un asco si se piensa que hace un año prefería colgarme antes que olvidarlo todo. La verdad es un poco terrible sentirme en este instante tan parecido a como me sentía en esos días. Lo único rescatable es que si hubiese escrito esto hace un año, probablemente... no sé, habría tomado en cuenta el hecho de quebrarme hasta el origen, pero no renacer.
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