Me invaden,
como el camión de la basura al suelo
en el momento de su desocupación,
los dolores a mi cuerpo,
y quedo hecha un desastre
por dentro y por fuera.
Es detestable el frío que deshace mis huesos,
lo imagino y creo
cuando van anunciando los nuevo lugares muertos
que no sobrevivieron al invierno.
[gracias por las nuevas canciones].
Me sonríen cuando camino
laspersonaslosautoslascasitasverdosa-gua,
y se hacen pasar por vanidosos.
Me incomodan,
me molestan,
me genera una pequeña comezón dentro del estómago
y me lleno de rabia, me sulfuro.
Comprendo que es la envidia,
y soy lentamente dominada por las lágrimas.
Se tornan ahora insoportables el frío, el dolor de huesos, y las lágrimas.
Soy vulnerable, soy ahogable.
Soy manoseable por algunos,
como una muñequita de trapo,
que es capaz de dejarse caer hasta el final del pozo
y se quema las manos con la soga
cuando intenta escalar de nuevo a la luz.
Soy desastrosa.
Soy al mismo tiempo,
la soga que quema mis manos,
y la que estrangula justo en mi garganta.
Soy, precisamente, lo que nada se culmina.
Poquito pa' allá poquito pa' acá y náa má!
brusca está la sombra y chillo iiiiiiiiiiiiiiii
MEDROS
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