Soy parte de las cifras asquerosas. Esclava de la fuerza masculina bajo mi techo y en mi pasado. Me siento como una puta, que barren con mi pelo el suelo y voy corriendo a atender al llamado de la campanita. <<Lo que usted quiera, caballero>>.
Ese día hubo algo que me estrangulaba, no me dejaba dormir ni respirar. Al otro día preferí demorarme unos minutos más y así no mirarle a los ojos.
Ese día resultó una copia de una cuenta innumerable que tengo atrapada en la memoria...
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