Tengo cualquier pena.
Siempre he tenido un rollo con mi espalda, la columna.
Cuando chica hice atletismo vaaarios años, como siete. Siempre tuve el cuerpo diminuto, súper diferente al estereotipo corpulento (hermoso) de las otras cabras con las que solía competir. Era difícil "hacer mejores marcas" porque era imposible tener más musculatura ya que nunca he podido tener mucho peso, y por terca y por sobreexigirme tengo caleta de lesiones en la columna, caderas, piernas, weas que hasta hoy me repercutan por cosas tan simples como llevar una mochila con mucho peso o caminar más de la cuenta. Y es frustrante (más que la mierda) vivir con eso, a veces me pongo a llorar odiando una wea que es súper difícil de cambiar. Otras trato de compadecer el cuerpecito que me tocó tratando de alimentarlo bien y hacer ejercicio no tan agilao, intentando abordarlo desde el amor y no desde ese disgusto súper-justificado.
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Mi abuela está en cama sin hablar hace un poco más de ocho años. Sin entrar en más detalles, porque siempre cuesta hablarlo, toda la situación ha estado envuelta en muchos más problemas aledaños. Esta semana la situación no dió para más. Muchas cosas han salido más a flote de lo que ya estaban. Y, en fin. Su espaldita está súper dañada. Y anoche soñé con ella. Y no puedo parar de pensar/sentirLA.
Hoy me cuesta pensar en nosotras dos juntas. He olvidado recuerdos. La última vez que hablamos yo habré tenido quince años. Nunca tuve mucho en cuenta qué teníamos en común, era muy pendeja como pa entenderlo o si quiera pensarlo, más que pensar en cuando era niña (muy chica) y me caía mal porque me retaba por todo, más conocido como crianza cuando mi mamá tenía que hacer algo. Mi mamá me ha contado que ella pintaba y hacía cuadros hermosos. Tengo una cajita de madera con una servilleta pegada decorándola, guardo ahí desde hace muuuchos años cosas importantes, sin pensarlo demasiado a propósito. ¿Habré heredado de ella esas ganas de hacer siempre hueaitas con materiales? Me gustaría mucho que así fuese. Siento hoy también que, si bien tiene un origen súper distante-distinto, también compartimos una lugar en donde recae el peso de nuestros dolores personales.
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Justo al principio de esta semana imprimí negativos en los que hice varias Cianotipias. Generalmente los hago en formatos grandes. Estas dos (la primera mi mamá con mi abuela para el día de su cumpleaños, hace menos de un mes, y la segunda un autorretrato por la mañana en Quillota, hace un poquito más de un mes) compartieron el espacio de una hoja oficio para hacerlas a la mitad del tamaño que acostumbro. Luego pasó todo lo que pasó esta semana y mis sueños y que obvio que nada es coincidencia. Y cada vez trato de asustarme menos con este tipo de situaciones que el universo me entrega pero es imposible que el pulso no se acelere y que de vez en cuando caigan un par de lagrimitas.
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