Exactamente hoy se cumplen dos meses de que vengo durmiendo como el hoyo, muy poco, con insomnio, con sed con hambre con migraña, o en un estado de alerta nunca antes visto.
Pero gracias a todo eso es que he conocido amaneceres bacanes, que no podría haber visto antes. O escuchar no sé cuántos tipos de aves gritar desde temprano en la costa y volando en forma circular. He comprendo un poquito algunos rituales de la naturaleza que suceden cuando estamos insimismados. Mañanas que parecen tardes tranquilas (¿Quién lo diría?), Todo cálido, un silencio exquisito.
Del conjunto de rollos que revelé el otro día me encontré con la misma toma desde mi vista en en litoral: una de septiembre, al amanecer, y otra de junio, al atardecer. Es bacan, porque en estos meses he logrado volver a encontrar un poco de belleza entre todo lo que agobia. Y de eso se trata 💙
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