Cada tarde, caminas hacia mis locuras.
Y yo te espero, como si fuese 28 de Noviembre
a ti, solo a ti.
Para escribir mi desastre sobre tu cuerpo,
para dejarme caer como cada 31 de Diciembre
una vez más.
Lentamente me miras, y rozas mi cuello
como si fuera, tu pintura favorita;
al parecer lo es.
El viento habría perdido el brillo
si no estuvieras, cada noche
junto a mí.
Las nubes se habrían aburrido
si no estuvieras, aquí
para contarlas, conmigo.
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