Nunca había contado tanto los minutos, nunca había desesperado tanto. Nunca me había dado cuenta, de lo frágil que soy. De lo frágil que somos. De cómo amo tu esencia.De que podría esperarte una vida, para hacer el amor o para tomar un café junto a tu novia.
Y sigo aquí, compañero mío. Compañero de sueños. Compañero de metas. Compañero de besos. Compañero de vida. Rogando por tus suspiros, llorando por la presencia con ausencia. Daría mi cuerpo y mi alma por tenerte siempre, como sea, pero tenerte.
Tenerte, a disposición del viento, de la lluvia, del mar y de eso que te hace tan libre.Tenerte así, tal cual decidiste existir. Me refiero a, tenerte conmigo o sin mí. No me perteneces, no te pertenezco, pero sí nos pertenecemos.. y a la vez, a alguien más.
A alguien que debemos tanto como nos debe, que lloramos tanto como nos llora, que dudamos tanto..que él no duda.
Tú ya vienes, preferentemente hacia aquí.
Hacia donde tus manos ya tienen refugio, y donde tus dedos saben fundirse en mi piel.
Aquí donde esperamos la Luna, y nuestro más hermoso regalo es el existir.
No me dejes, por favor, no te alejes. No sueltes mi mano,
que deja que las lágrimas se traspasen a este diario.