Evitar dar explicaciones de todo lo que hago vivo pienso digo sería una forma más amable de que pasen las horas de un día cualquiera y promedio sin tener la necesidad de echarle al cuerpo Melipass o elementos similares. Me pregunto a veces cómo estará mi hígado con tantas cositas parecidas que me recetan los médicos cuando los visito cada tres meses o menos encontrando siempre algo que adormecer. De repente esos síntomas se alargan por días o semanas o en cambio otras veces sólo se extienden por horas y llegan a un punto culmine. Situaciones parecidas se repiten en otras situaciones de raíces diferentes. Supongo (y siempre he supuesto) que es importante y bacán estar atenta a cosas situaciones canciones tiempo atmosférico tiempos de reloj alegrías sueños nocturnos llantos sueños diurnos comidas personas relaciones reacciones que se repiten, encontrar constantes, comprender en su totalidad las cosas a las que me interesa andar atenta, que me interesa comprender. Situaciones similares están pasando como pasa algún perro por la vereda del frente caminando rápido y concentrado como si tuviese alguna misión. Pasan como si no hubiese posibilidad alguna de detenerlas y por más que te miren de reojo no van a distraerse por nada del mundo (o por casi nada del mundo).
Mi 8M no fue indiferente. ¿A quién de nosotras lo sería hoy?. Qué ganas de estar ahí metida entre medio de tantas. Qué miedo de ahogarse dentro de todo. Más que nunca antes mi presente rodeada de mujeres, conversaciones importantes que, como me dijeron, elimina (o algo así) el elefante que estaba flotando en el aire (o algo así). Era una expresión en inglés que no retuve porque andaba en otra por hacer el taller de Cianotipia pero que al menos lo retuve en español. Más tarde se repitió todo cuando hablé con ella en cama sin pescarme y sin mirarme y yo intentando no quebrarme y hablándole de que qué ganas de que ella hubiese conocido ese lado mío que hoy me tiene donde (más o menos) decidí estar. Mostrarle algunas de sus pinturas sirvió de algo, su atención se contuvo un ratito. Hace un año saqué unas fotos con la misma luz de estas fotos pero en enero no en marzo las copié en Cianotipia y escribí "acerca de las cosas que más duelen pero que no se verbalizan". Porque sí, duele caleta todo, pero antes estaba como dormido o más bien como una neblina un poco espesa, recién entrando entre las calles perpendiculares que unen los cerros y el mar y que hacen doler de a poquito los huesos.
En fin. A pesar de que hoy y todos estos días es en lo único que pienso, agradecida estoy de esa oportunidad que decidí tomar. De verbalizar y de que duela lo que tenga que doler, pero que el elefante deje de flotar.
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