miércoles, 13 de agosto de 2014

un once, uno medio adolorido/ medio querido. Unos once de todos, un miedo terrible que aveces es capaz de consumirme como lo hace la rabia en estos días. Una extensa aclamación a todas las verdades y a las menos dolorosas, a esos ataques femeninos que controlo, a ese amor que va creciendo dentro y que suelo callarlo. Un desprecio tremendo, incomprensible y lamentable de mi parte a todos los gritos desesperados de auxilio no tan necesitado, lo siento en serio

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