tiene que ver un poco
con la introspección que me ha dominado en los últimos meses;
no me quejo, es más,
me ha regalado un cariño tremendo
(cariño en forma espacial, en sentido figurado),
algo así como que la humildad se va a la mierda de vez en cuando
y yo crezco
y luego vuelve
y yo me detengo,
y vuelve para quedarse,
pero yo avanzo
con un yo en la cabeza
que cree ir por buen camino
derramando lágrimas en forma ósea y
sangre en forma experimental.
Con la frente en alto
capaz de mirar hacia atrás y observar todo lo esparcido
¿asqueroso cierto?
Y también un desperdicio de energías
de vómitos
de entrega física, emocional, espiritual.
Siento manos que me recorren
que me van quemando
con un ácido que me va desgastando, enfermando.
Hoy,
con el mismo cuerpo ya utilizado
sería capaz de arrancarle los ojos a mi espejo
cuando me mira burlándose.
Perdona mi histeria,
mi mal trato de alguna(s) vez(/ces).
Sé que algún día tendré fuerzas para vomitar palabras de una buena vez
por todas las calladas.
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