jueves, 26 de junio de 2014

Olvd

El lugar de la baranda que nadie ocupa. La tecla del computador que da miedo presionar. El lápiz lleno de tinta que se olvidó, y se reemplaza por otro nuevo. El espacio de la habitación que nunca se observó. Ese balcón del edificio que desde abajo nadie observa que nos observan desde él. La ventana de la casa tres de tu recorrido diario que nunca observaste, que siempre está la mascota como un peluche. El lugar de tu cuerpo que jamás lograrás imaginar. Esa esquina de tu propia casa que no conoces. Y por ahí entre medio de todas estas cosas, también hay un espacio para mí. Me presento.

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