El domingo por la tarde iba llegando a Recreo, cuando en Viana, aún, vi a alguien y pensé en escribir:
Hoy te vi con tus lentes antiguos,
tu pelo nuevo,
y tus ojos de siempre al sonreir
Y fue bastante extraño, considerando el anhelo a escribir ese tipo de weás, pero bueno, te quiero mucho.
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