miércoles, 30 de diciembre de 2020

30 de diciembre, que mañana lo olvidaré.

He estado de frente a mí misma tantas veces,

 como nunca antes. 

La insistencia y la impotencia han persistido en el camino. 

Soy un ser

temeroso: no había sentido tanto miedo antes en mi vida. 


Estuve atenta a los encuentros, coincidencias y señales. Era difícil que un cuerpo como este soportara tantos cambios, pero me subestimé, una vez más. He soñado con fuego, con burlas, con mentiras y con firmeza. He tomado pésimas desiciones y también he tomado otras que jamás pensé que me atrevería a tomar. Un cambio de paradigma en el vivir. Descansar una semana y volver a ahogarse en veneno durante ocho meses. Me dejé escrito en una nota «el pasado es un cárcel» y «abandona la esperanza de que suceda a tu manera»: me los tatuaría en la memoria. 


¿Ha sido difícil? Sí. Ha sido agotador tanto cambio. Había escrito hace tres meses que todo me expulsaba de sí mismo, ahora no creo que sea tan así. Hablaba una vez con la D sobre el encierro y el estar ante una misma. Luego un documental de la Cecilia Vicuña me lo vino a confirmar, estar presente, estar ante una. Y creo que es lo que más me ha costado siempre. 


Lo único que recuerdo son los extremos de todo esto, el resto es pura nebulosa. La caída en mi bicicleta en el cerro a principio de año resultó finalmente ser la primera pieza del dominó que se cayó para convertirlo en una ola de sucesos que cambiaron todo lo que conocía. Hoy miro todo con un dejo de tristeza, porque no ha sido de otra manera. Pero han habido almas con quienes hemos congeniado en espacios y tiempos específicos. El día del eclipse, por ejemplo, K me lo recordó, y volviendo después del evento me dijo «tú tranquila, hoy estás protegida», terminando de transformar la energía de ese día para algo que aún no logro procesar. Y ha estado bien.


Hasta hace un año me escribía «el pelo crece» constantemente como forma de recordarme que las cosas toman el tiempo que necesitan, y también para molestarme a mí misma la mala decisión del corte cortísimo de pelo, pero que en el fondo a quién chucha le importaba y que nunca iba a importar realmente.


Hoy, a este ser temeroso le dejo escrito como recordatorio: Permitir que el fuego queme y que el agua se desborde. 

martes, 29 de diciembre de 2020

tengo sueño, pero voy a escribir igual.








Este rollo/cámara estenopeica llegó a mi vida en vísperas de mi cumpleaños número 23 en el décimo día de celebración que me hice el 2019 por el José. Me demoré la vida eterna en dispararlo completo, me aterraba tanto como la primera vez una se enfrenta a una película sin ser atravesada por la luz. Luego, un año y un mes después, se lo pasé a la Pauli, en donde lo contuvo en muy buenas condiciones durante tres meses para que volviera a mí el día del solsticio de invierno del presente año. Durante esos tres meses, rearmé la cámara para volver a hacer fotos, y ahí caí en la cuenta que me había piteado el rollo completo, me quería morir. Siempre me habían emocionado las estenopeicas a color (más adelante explicaré por qué terminaron siendo blanconegro). Lo que había pasado fue que yo expuse para días soleados como 1 minuto, para días nublados 5, y así, pero el tema es que la medida nunca fue en minutos sino que en segundos, así que imaginarás qué pasó con todas las fotos. 


Paralelo a eso, recordé dos cosas: la primera, es que hace 2 años me piteé 4 o 5 rollos completos en un viaje al desierto porque el diafragma nunca cerró de 1.4, y yo había disparado el único Fuji Acros que tuve en mi vida. Me sugirieron revelar con Diafine, un revelador blanco y negro que se revela en dos partes, da lo mismo su temperatura y da lo mismo el tiempo de revelado (que no sea menos que 3:30min), porque básicamente sólo revela las sales de plata expuestas y las otras no, así que puede estar 1hora ahí haciendo efecto y no pasa na. Y lo segundo que recordé, es que los rollos a color pueden revelarse con químicos blancoynegro, pero que la imagen no resultará a color, y solo se verá naranjo de fondo. Y lo intenté, y creo que así fue, sólo que el rollo estaba tan hecho mierda que no se podía hacer más, creo. 


En fin, hace caleta que no revelaba y menos me metía de lleno a experimentar, a quizás terminar de pitearme un rollo que me acompañó por haaarto tiempo. Fue como volver a tenerle miedo y respeto a la fotografía análoga, cosa que igual he perdido harto, creo. A veces me cuestiono por qué sigo haciendo esto, si a nadie le importa (aunque ¿qué importa?), si saco fotos super de mierda, si no aporta en nada, si a veces solo me termina estresando, si solo pierdo plata. Pero puta que es lindo sentir emociones y llenarse la cabeza la tarde o el día enteros con cálculos (básicos, obviamente) químicos-matemáticos con todo esto, intentar unir puntos en mi mapa mental de los conocimientos que tengo, o conversaciones que he tenido, o lecturas que he hecho, pa que finalmente aaalgo resulte. Y weno, quería rescatar algo al menos estas imágenes que tantas veces di por perdidas, y lo logré. Ahora a hacer las cosas bien :)

domingo, 27 de diciembre de 2020

hace un año me rajé la pierna con una reja

 y tengo nublados sus sucesos

las ganas de vomitar que me generó su dolor

el tiempo que pasó

la cicatriz que dejó


hoy manejé


quisiera contarte

pero ya sin ganas

todo lo que ha pasado


¿Algún día tuve ganas?

¿Alguna vez resultó ser bueno algo?


Cuesta creerlo

tiempo desperdiciado

energía malgastada

mal destinada

nunca entendí nada


(o nunca quise saber nada)


Vi una película

quiero creer que es real

que es parte de mi origen

que sin eso

y sin perderse

jamás hubiera sucedido


¿Ansío eso?

¿Es necesario?

¿Quiero repetir la historia?


Ninguna de las anteriores.

martes, 15 de diciembre de 2020

 he estado nublada desde marzo a diciembre

y lo único que recuerdo son sus extremos.

El día del ecplipse

 yo entregaba mi memoria de título. Todo online, porque pandemia.

No me llegaba la regla hace dos meses, estaba muriendo, aún lo estoy. Siempre ha sido literalmente desgarrador.

Me recordaron el eclipse, salí igual, al mar. 

Me invitaron a comer de sus lentejas, yo no lo había considerado.

Le pregunté que si ayudaba en algo.

Kari me dijo, tú tranquila, hoy estás protegida. 




Gratos días estos días.