Dormí poco o nada, aunque haya hecho casi todo lo posible para lograrlo, por ejemplo, no dormir en la tarde, subir una duna, hacerme la infusión de té, bien, hasta fumarme un caño sola. Medio caño, sola. No podía dormirme porque el sueño me llegó tarde y no reaccionaba. Al tipo que le compré fue cortés conmigo y hasta pensé que me iba a invitar a un cañito en plena plaza parroquia después de decirme, están terrible buenos. Y sí, estaba terrible bueno. Ojalá haberme muerto drogada la noche anterior cuando del insomnio y desesperación encendí la luz y vi la araña. Me recomendaron que me masturbara y que rompiera cosas, y no podía, porque mi energía era tan mínima que, no sé, imposible. A parte que rara vez me puedo masturbar por la noche, siempre lo hago durante la mañana. Extraña pero real la hueá.
Y bueno, dormí como el pico igual. Hoy desperté hecha bolsa, botada. Estuve así hasta eso de las 14.30 horas cuando ya, por fin dormí un ratito. una horita que sea. Triste.
Almorcé a las cinco de la tarde, después de haber estado despierta una hora y media a ver si algún otro sueñito resultaba. Nada. Después me bañé y estuve como 40 minutos lavando la loza y toda esa hueá, por fin terminé. Al salir del a pensión estaba el más mayor de la pensión en la que vivo. Siempre nos topamos y es un hola o un algo. Hoy él esperaba algo afuera de la puerta, en la calle, él pisaba la calle como esperando algo y me vio bajar todo el pasaje. Creo que no ha tenido la posibilidad de observarme demasiado y es normal porque sólo lo veo por las noches o de vez en cuando y me asusto porque suelo estar siempre sola en esa casa. Llegando al paradero de los colectivos se me pasó uno a Aduana y el reculeao me vio, sé que me vio, y no me quiso esperar en el paradero que quedaba a quince metros más allá. Esperando me topo a un arquitecto de la escuela con el que hemos hablado un montón de veces, y otras tantas me ha invitado a tomarme un cafecito o un algo y siempre me voy por el lado y le hago el quite. Esta vez llevaba un vinito en una bolsa y puta que me dieron ganas de carretear, le dije que me daba envidia, y le conté un rato de mi insomnio. En eso se me pasaron dos colectivos pero me cae bien el chiquillo, así que pico, y se quedó conmigo hasta que pasó otro, en el que finalmente me fui. Entre las conversaciones equis que tuvimos salió el tema de dónde vivía yo y donde vivía él. me había contado antes y ahora de nuevo que vivía al lado de la U y le dije que un día me llevara y luego de decirlo consideré que se prestó para una malinterpretación rígida, pero puta, soy buena pa hacerme la hueona con esas invitaciones. En el colectivo llamé a mi madre e histérica me webeó por la hora y oh, conchasumadre, qué terrible. No entienden ni mis vómitos ni mi dolor de cabeza, se lo pasan por la raja. Me quedaría en viña eternamente pero puta, no puedo. Cuando después de tanto pensar y estar atrapada en mí escuché la radio y leían comentarios de no sé dónde. “esto no es socialismo, la Concertación está en pos del Capitalismo”. El chofer webeaba caleta y refunfuñaba para sí que decían puras hueás por la radio. Y sí amigo, es verdad. ¿Recién se da cuenta de eso y de todo?. Se fue cambiando las estaciones de radio hasta valparaíso, cuando la dejó en una, había otro tipo leyendo tal vez un ensayo que hablaba sobre la Contraofensiva a las retroexcavadoras porque no sólo están a favor de este sistema neoliberal capitalista sino que también coartan nuestra libertad ya que y bueno ahí la cambió nuevamente. La dejó, y hablaba una mujer sobre el sexo con amor, pero que también era bueno conocerse el cuerpo, hacerlo tranquilo, escuchar la música preferida, pensar en cosas lindas, y masturbarse, y luego recomendaba un gel estimulante y vuelve a cambiar la pea de radio y menos mal que yo me tendí que bajar porque más que la radio me tenía re chata el hurón. Del camino hasta Errázuriz, un estrés constante a que la micro culi a Quillotra no se fuese a pasar, al final la tomé, muchos asientos, maleta a salvo. El asiento culeao no se queda tranquilo ni se echa pa atrás estáticamente. Pero pico, tengo una ventana grande e iré mirando feliz. Se sentó atrás mío una pareja de amigos creo que pelaban a no sé quien y qué paja escucharlos. Hablaban muy fuerte y él le decía a ella que él no era su pareja y ella le decía que claro, que qué se creía ese tipo. Se subió otra pareja pareja al bus y ya no quedaban más parejas de asientos desocupadas así que la mina se fue sentada al lado mío y hablaba por teléfono en una misma llamada como con tres personas, y a la segunda le decía Te amo, te amo mucho, oye, te amo, en serio, ¿no?.
Tus amigos Nuevos están aquí para salvarme de la historia de la película que vio porque qué paja escucharla.
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