Tengo derecho a ser tan enferma como quisiera, tanto como la naturaleza me lo llegara a permitir,
¡Por que claro! Es a ella quien se le debe agradecer todo ya que hay algo que se conoce como interior y ahí hay un punto en que no puede ser tocado por absolutamente nadie y nadie me hará entrar en razón de alguna soberana estupidez.
Sí, soy enferma por correr hacia los bombardeos del horizonte en la ciudad y por aminorar las burlas que se hicieron en mi contra;
Qué pedazos de imbéciles.
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