Suponiendo que yo adoraba el término "cándido/a" porque me hacía sentir cosas impresionantes, y, además, que las palabras me abrazaban de una manera nunca antes imaginada, debería escribir que
Ya no puedo seguir escuchando historias bonitas,
que creo, las escucho justo abajo de Cumming
de noche y sonriente,
un poco intranquila
pero siempre sonriente
y dejándome adorar por vocales/vocalistas
de cuentos extranjeros o de provincias.
Ahora camino un poco tambaleante junto al ser
más burdo que he conocido, y sin embargo
en su burdería se esconden sus miedos
(que no significa que no me den un poco de asco)
lo hago desaparecer con un "chau, cuidate"
y entro en mi supuesta habitación subterránea
a llenarme de humo
y a seguir tambaleándome no sé por qué
y reacciono frente a sus paredes blancas
que no sé qué mierda ha sido de ti
que tengo un poco de asco
que estoy llena de rabia
que quisiera arrancarme la piel de pura impotencia
que me ahogo pensando en que no me podría salvar
que veo películas y me recuerdo a mí en instancias
(o supuestas instancias)
en que quería suicidarme
que estoy más perdida que nunca
que ya ni me acuerdo de ti,
ni de tu risa de cosquillas,
ni del calor de tus abrazos;
que me volví tan loca que no recuerdo nada
que tengo un miedo de puta madre
que me refugio en palabras siendo que ya no confío en ellas
que no quiero sufrir más ni hacer sufrir
que al fin y al cabo,
las primeras palabras bonitas son el origen del caos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario