miércoles, 14 de enero de 2015

primera quincena

Soy una de las tantas hijas de puta malparidas que tantas personas conocerán, que fui tanto (por la re cresta madre) en la vida de alguien pero que ni puta idea tienen de lo mucho que dejan en mí, que por eso los puteo tanto de noche todavía, porque de vez en cuando me vuelvo a partir en pedacitos, cuando me canso de tanto subir y luego me rebajo a las ganas voluntarias de vomitar y guardarme esto como no sé cómo cresta olvido todo esto de día, ¡qué fácil! Qué difícil concentrarme teniendo tanta gente dándome vuelta en lo que estoy viviendo. De noche, de repente creo, que me empiezo a volver loca, pero de una forma enfermiza, porque no puedo hacer nada, ni si quiera a visitar a mi compañerito de noches o (tal vez) de muchísimo tiempo que me queda (espero) por seguir sufriendo. La putamadre. Quisiera hundirme después del primer cañonazo y ser su carne otra vez más. No quiero hablar con nadie sobre esto, fin. 

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