lunes, 8 de mayo de 2023

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Tengo el sueño liviano: [ante]anoche dormí mal una vez más. A menos de un mes de irme, en esta nueva casa he escuchado maullidos, cocinas muy tarde, gente rezando y pidiéndole cosas a dios antes de las 10 de la noche en el departamento del lado, autos sobre los adoquines, una detención durante la madrugada a un weon que se metió a nuestros blocks, gente culear en el depto del lado en donde yo pensaba cómo no les distraerá que se golpee una y otra vez el respaldo de la cama en la pared?, probablemente ladridos de perros, probablemente gritos de niños. De todas formas sigue siendo menos que el depto anterior y quizás qué tanto será diferente con el siguiente. 

Estoy por cumplir un año estando acá en Santiago, aunque dios sabe (y mis cercanos) que en realidad llevo mucho más tiempo que eso viniendo de forma más o menos constante. Estoy próxima a estar en mi tercera casa oficial pero en realidad han sido unas siete en total solamente estando acá. En cambio, si abarcamos también mi región no-natal (Valparaíso) el número se extiende a diez. No creo que vivir en un lugar se trate de simplemente tener tus cosas y dormir de lunes a domingo, al menos hasta este momento siento que estoy lejos de tener todo eso y de vivir de una forma tranquila. De alguna manera podría hablar de todo lo que no es un hogar y a su vez de todas las aproximaciones que he sentido a eso con tantas personas que me han abierto su corazón para habitar en ellos, y creo que eso es lo más bonito de haber estado vagando tanto tiempo. 

Me he visto vivir y morir de tantas formas. Mi pelo se caía a mechones y decidí cortarlo cada vez más porque pensé que mejoraría. Spoiler alert: mi suposición nunca fue cierta. Me daba risa que tanta gente conocida me dijera, finalmente cuando más corto estuvo que ahora sí parecía ñuñoina, pero pensé que nunca más iba a volver a intentarlo si no lo hacía ahora. Lo bueno de ahora es que se está llenando de rulos aunque me disgusta su etapa actual. 

Me sigue costando comer, dormir y responder mensajes pendientes. Todo cambió por decisión y a su vez por consecuencia de esto. Ha sido un poco triste pero también es parte de la libertad que una decide seguir. 

Todo esto me recuerda algo que una vez leí (y que no recuerdo si lo he citado antes o no): 

En la vida somos tres sujetos: lo que somos, lo que queremos ser y lo que no queremos ser.  

Yo al menos habito más entre los dos últimos.

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