viernes, 19 de mayo de 2023

 Encontré una nota de hace un tiempo que decía: Sacar fotos es obligarte a mirar tus heridas. Antes mis fotos cumplían uno, dos, o tres años, y sucede que ya desde el año pasado empezaron a cumplir diez. Desde ahora mis primeras fotos análogas empiezan también a cumplir una década. Y vaya que uno piensa que lo cotidiano nunca va a terminarse a veces, o al menos veo esas fotos, me veo a mí en esos recuerdos, y ahí está todo: las amistades, los chalecos favoritos, las luces de las casas favoritas, las plazas. 

Lo primero que hoy ví —después de los últimos mensajes que me envió anoche Javi y que yo veo leo despierto— fue que se murió el bajista de los Smiths. Obvio que no pienso diariamente en si estarán vivos o estarán muertos porque simplemente ahí están, compartiendo este plano terrenal conmigo a pesar de que nunca se van a enterar que existo. Y como una necesidad absurda cuando ocurren estas muertes repentinas escuché todo el día sus discos. Hace diez años no había día en que no los escuchara y creo que no hay canción que no me encante de ellos. Pensé también en que el primer disco que me compré, Strangeways, Here We Come, me lo compré el 2016 en mi segundo año de U cuando recién me acostumbraba un poco más a esa nueva vida que había partido un año antes.  Una de mis primeras cianotipias que hice cuando por fin dominaba bien la técnica, ya en el verano del 2018, fue la imagen de la portada del Rank. 

Y así, cada canción banda o disco lo relaciono sin querer a épocas de mi vida bien determinantes y fotos que no sabía que serían tan relevantes para mí en el futuro. 

A veces me impaciento mucho cuando no me está gustando lo que hago —esa necesidad absurda de producir obras—, pero me recuerdo que antes soy persona y que en un par de años más tal vez rescate unas 10 fotos en total de todo este año o de todo este tiempo habitando en Santiago. 

lunes, 8 de mayo de 2023

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Tengo el sueño liviano: [ante]anoche dormí mal una vez más. A menos de un mes de irme, en esta nueva casa he escuchado maullidos, cocinas muy tarde, gente rezando y pidiéndole cosas a dios antes de las 10 de la noche en el departamento del lado, autos sobre los adoquines, una detención durante la madrugada a un weon que se metió a nuestros blocks, gente culear en el depto del lado en donde yo pensaba cómo no les distraerá que se golpee una y otra vez el respaldo de la cama en la pared?, probablemente ladridos de perros, probablemente gritos de niños. De todas formas sigue siendo menos que el depto anterior y quizás qué tanto será diferente con el siguiente. 

Estoy por cumplir un año estando acá en Santiago, aunque dios sabe (y mis cercanos) que en realidad llevo mucho más tiempo que eso viniendo de forma más o menos constante. Estoy próxima a estar en mi tercera casa oficial pero en realidad han sido unas siete en total solamente estando acá. En cambio, si abarcamos también mi región no-natal (Valparaíso) el número se extiende a diez. No creo que vivir en un lugar se trate de simplemente tener tus cosas y dormir de lunes a domingo, al menos hasta este momento siento que estoy lejos de tener todo eso y de vivir de una forma tranquila. De alguna manera podría hablar de todo lo que no es un hogar y a su vez de todas las aproximaciones que he sentido a eso con tantas personas que me han abierto su corazón para habitar en ellos, y creo que eso es lo más bonito de haber estado vagando tanto tiempo. 

Me he visto vivir y morir de tantas formas. Mi pelo se caía a mechones y decidí cortarlo cada vez más porque pensé que mejoraría. Spoiler alert: mi suposición nunca fue cierta. Me daba risa que tanta gente conocida me dijera, finalmente cuando más corto estuvo que ahora sí parecía ñuñoina, pero pensé que nunca más iba a volver a intentarlo si no lo hacía ahora. Lo bueno de ahora es que se está llenando de rulos aunque me disgusta su etapa actual. 

Me sigue costando comer, dormir y responder mensajes pendientes. Todo cambió por decisión y a su vez por consecuencia de esto. Ha sido un poco triste pero también es parte de la libertad que una decide seguir. 

Todo esto me recuerda algo que una vez leí (y que no recuerdo si lo he citado antes o no): 

En la vida somos tres sujetos: lo que somos, lo que queremos ser y lo que no queremos ser.  

Yo al menos habito más entre los dos últimos.

domingo, 7 de mayo de 2023

7 de mayo una primera y última vez

 Tengo el sueño liviano: anoche dormí mal una vez más. A menos de un mes de irme, en esta nueva casa he escuchado maullidos, cocinas muy tarde, gente orar antes de las 10 de la noche en el departamento del lado rezándose un credo completo, autos sobre los adoquines, una detención durante la madrugada a un weon que se metió a nuestros blocks, gente culear en el depto del lado en donde yo pensaba cómo no les distraerá que se golpee una y otra vez el respaldo de la cama en la pared?, probablemente ladridos de perros, probablemente gritos de niños. De todas formas sigue siendo menos que el depto anterior y quizás qué tanto será diferente con el siguiente.