Tomé el primer asiento que en realidad es el cuarto, pero sigo estando en primera fila. El chofer trae la puerta abierta, por lo que si bien a mi derecha voy viendo la carretera y gran parte de los cerros que rodean el valle, a mi izquierda todo lo que veo es todo lo que hace y trae: su teléfono dispuesto de tal forma en que puede tener la pantalla encendida y puede ir manejando a la vez, y una bolsa plástica de con comida adelante. De vez en vez se pone a manejar con los codos para alcanzar la bolsa. Es pan de pascua. Una parte de mí se siente mal por estar viajando un feriado irrenunciable.
Después de un buen rato en vez de pan de pascua saca una botella de Coca Cola de medio litro que tiene al lado, ya le quedan para unos tres últimos sorbos. Al costado una imagen de San Pío. Cuando lo reconocí de forma tan rápida y clara me sorprendo a mí misma, porque si bien soy la típica persona nacida en los 90 en una familia tradicional de clase media y con padres que se llaman a sí mismos católicos, ni cagando reconozco sus figuras y menos les regalo un rezo.
Pero ahí está entre mis recuerdos más cercanos y a la vez más dormidos: la pieza de mi abuela.
Y pienso en que justo hoy en la mañana la recordaba mucho, no sé qué exactamente, pero cada vez que vuelvo a mi pieza en Quillota veo la caja de jugo que me dieron en su funeral y que nunca me tomé pero que tampoco me atreví a botarla.
Más tarde caí en la cuenta que hoy era navidad, y que fue exactamente hace un año que nos vimos por última vez. Te llevamos galletas decoradas, cola de mono y el regalo de siempre. Te lo di con bombilla hasta que no quisiste más. De nuevo no supe qué conversarte porque me ponía ansiosa tu desencanto, pero no puedo expresar la felicidad que me daba cuando lográbamos que te rieras un poco, pero en serio. Recuerdo que nos despedimos de forma muy alegre, sabiendo que en siete días más nos veríamos de nuevo, para año nuevo. Qué iba a saber yo que días más tarde iba a decidir por primera vez no pasarlo acá, ni tampoco que no podríamos llegar para tu cumpleaños.
¿Cómo arranco la culpa de este cuerpo?
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