Certezas es lo último que podría llegar a tener —más claro no lo pudo haber dejado el 2020—, pero mis tripas me están diciendo que estoy yendo hacia un lugar me agrada y que me hace bien. La incertidumbre asusta más que la cresta, sí, pero está bien confiar en las intuiciones de vez en cuando. Las agüitas de todas las direcciones me están recibiendo de forma acogedora, los afectos también.
Han sido dos meses de pura intensidarks y de retomar antiguas ideas, concretar nuevos aprendizajes pendientes, abrirse a nuevos equipos, causas, energías: mundos.
La calma y las pulsiones, ¿de eso se trata todo esto o no? A veces hay que puro darle no más, y era.
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