Desde el momento en que decidí perderme en la noche en bicicleta supe que algo andaría mal, pero más lo esperaba por parte de seres humanos, ya que tomé calles que los dos tomábamos hace un año a tomar fotos de noche por Quillota, que era de lo más entretenido y llenador de Diciembre. Tomé calles que tomábamos cuando íbamos tarde a la clase con Rodo y así llegábamos aún más tarde por echar carreras bordeando el cerro Mayaca. Tenía más una rabia interna que el frío que podría sentir por lo cagadísima de miedo que estaba. Yo creo que eso de que no siento miedo ante las personas en general a veces es mentira porque soy una pendeja que es de carita bonita súper delgada de baja estatura en bicicleta y más encima escuchando música en altavoz con el celular en el bolsillo y sin luces para andar de noche. "todo mal". Pero ser tan saquito de plomo me ha ayudado bastante, hasta que me encuentro con mi primer enemigo que me seguía como siguen los zombies a las personas en las películas. Lento pero siempre te alcanzan, y esa weá me pasaba con el perro culiao. Lamentable la weá. Me ponen muy histérica los perros cuando ando en bicicleta porque los weones tienen un detector de bicicletas. Te miran como de lado, caminan lentito y agarran vuelo una milésima de segundo antes de que uno pase justo por su lado para correr al lado de uno a agarrarme las patas. Hijos de la gran perra. Manía culiá que tienen. En general (y de esto me di cuenta en mi última llegada nocturna a Recreo, y ebria) es que le tengo un pánico terrible a los perros. Cada vez que paso por al lado de alguno desconocido siento que emano miedo por mis poros y ellos lo notan, es imposible que no lo noten. Y grito para dentro o para afuera cada vez que alguno se acerque y es aterrador ese momento, en serio. Me ponen nerviosa. Son una tortura las weás para mí. Y no sé si tenga que ver con las dos veces que me han mordido, pero puta. Andando en mi Primer paseo oficial en bicicleta, ese que se siente rico rico (aunque con sabor a rabia interna), algo como "libre", pero no tanto porque andaba cagá de miedo, recordé justo el fragmento que leí hoy al retomar el libro que andaba leyendo desde noviembre. y lo voy a citar:
Mi paseo en la mañana condicionado por 5 perros o 6 porque la primera esquina la doblé a la derecha temiendo que estuviera el ovejero alemán que vive a media cuadra doblando a la izquierda al fondo entre las ramas de un eucalipto la silueta de un perro negro tendido en su patio tenía todo el tiempo del mundo para verme venir y para enojarse conmigo y ladrarme y corretearme y tratar de morderme así es que doblé disimuladamente a la izquierda para tomar la escalera que habría tomado si no hubiera temido encontrarme con el primer perro pero llegando a esta escalera pensé en las dos casas que hay al pie de la misma y en el enorme policial que hay siempre en el jardín de una de ellas tiene la puerta de calle siempre abierta así es que seguí bajando por el camino hasta la costanera y cuando me disponía ir hacia la playa negra veo un perro en mi trayecto en la puerta de los departamentos Miramar que me está observando no haberlo dicho antes pienso y camino hacia la calle Higueras donde no pensaba ir así es que me detengo a contemplar el panorama esperando que el perro vuelva al edificio
entre al palio atraviese la calle o haga algo porque no se puede pasar todo el día ahí parado mirándome como una estatua precisamente ahora lo veo sentado junto a un Peugeot beige 403 dándome las espaldas me apresuro paso a su lado se vuelve me mira sin darme bola el próximo perro queda un km adelante solo en la playa Las Bahamas buscando basura y no me molestabajaré a esa playa en el camino de vuelta y al llegar a Playa Amarilla encuentro a mi más tenaz opositor mirándome y leyéndome además el pensamiento no había un alma en las terrazas que dan a la playa y planeo sentarme a fumar un cigarrillo mirando el mar desde uno de los bancos de piedra pero descubro un gran perro de cuello tieso y tendido a unos 25 metros de mí al centro de la terraza en el aclo me desvío hacia una escalera que lleva a la playa y me siento en la barsnda haciéndome el
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