miércoles, 15 de enero de 2014

Sweet Is Good>>

El olor a cafecito se apodera de mí a las 10 y 5 de la noche, así como el frío en una noche detestable como todos los 24 (sí, he vuelto a escribir). No me resistí, y abrí el regalo más sorpresa que he tenido alguna vez. Qué imbécil me sentí afuera de mi casa, y sobre todo, lo más imbécil de todo, es que no debiera sentirme imbécil por ninguna razón, aparentemente. Habían unos nueve regalos en mi pieza y sólo bajaron ocho. Quería dejarlo para el final. Pero, con las canciones que uno no conoce siempre es fascinante, porque después esa le recordará el momento. Es como si estuviesen purificadas y se ensucian de acuerdo al contexto. Es detestable, siento como si estropeáramos la música nosotros los humanos. 

Y bueno, ahora que me atrevo a publicar, gracias por todas tus canciones que aún no sabes que te pertenecen.

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