Mira el cielo ceder
y a la tierra después
_________________
Mira el cielo ceder
y a la tierra después
_________________
Medio día. En verdad más que medio día. son las 13:11 hrs con hambre y sueño. Anoche dormí pésimo. Me desperté a muchas horas. Transpiré mucho, me moví mucho, me dio mucho frío también. Tenía mucha sed. Soñé muchas cosas. Una vez más con la Sofi. No entiendo por qué pasa lo que pasa en ocasiones.
Anoche volví a pintar después de años. Siento que me pasó lo mismo de esa vez en el 2012 que después en la noche soñaba con explosiones de colores que hasta ahora recuerdo. Al final estaba delirando, tenía fiebre y era producto de la amigdalitis. Nunca fue producto de la emoción. Ahora podría decir lo mismo: no es producto de una emoción, es producto de mi ansiedad con la que ya no puedo más.
Intenté ir a psiquiatra pero tuve que cancelar. 90mil pesos costaba la consulta. Eso es más del 10% de mi sueldo. Aún así, gracias a ese sueldo, creo que radica el 90% de mi infelicidad. El otro diez restante podría rendírselo a mi pasado.
Leer a otros me hace bien. De alguna u otra forma es como un empujoncito a correr. A correr a escribir. O a andar en bicicleta, tal como lo hizo la Caro en una tarde de verano cuando éramos niñas. Nuestros paseos en bicicleta son de las mejores cosas que recuerdo, también la emoción de no haberme caído y haber seguido sola en el camino.
A veces pienso que estoy en algo así ahora. No sé cuánto dure ese ahora, pero sigo sumergida en él tal como sigo sumergida en esta ciudad en la que decidí adentrarme. Desde junio que convivimos en este nuevo de partamento y está dentro de un condominio. Vivo en una calle muy transitada, en la cuadra que da entre dos calles aún más transitadas en en centro de la gran capital de lo que es Chile. Pero estoy escondida, hacia dentro. A veces pienso que mi realidad actual se ve reflejada en eso, en mi espacio. Veo luz y calidez en mis paredes por reflejos de otras ventanas que tengo pegadas a mí. Pero no es tan terrible como a veces piensan.