miércoles, 5 de abril de 2023

escritos para un 5 de abril.

 Sumida en la pena hoy. Entre mocos ficticios y no tanto. Pienso en escribir, en revistarte en fotos, en escribirte a ti. Algún día te dije palabras a la cara. Es lo que más agradezco. Suena un tema de Boraj, creo que siempre me va a impresionar las sensaciones que viví escuchándolos y saliendo de tu funeral. 

Hoy me entero que mi madre no te va a ver porque no es capaz, y no porque es testaruda y desagradable. 

Me refugio en imágenes y en escribirle y pensando en que nadie leerá nunca esto. Exponerme siempre me ha dado un poco lo mismo. 

Las actuales mañanas frías con sol me recuerdan a la desesperación misma. 

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mi cabeza se calmó un poco. La pena ya no me consume como antes. 

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Mañana fría y soleada de otoño. Mi pieza, mi cama, yo dentro (spoiler: la desesperación misma). Suena un teléfono, contesta mi papá, se lo pasa a mi mamá, asiente, dice que bueno, que está bien. Yo sé que de eso se trata. 

Hoy se cumplió el primer año desde que no estás. Pienso en escribirte palabras, pero es absurdo, porque no podrás leerlas. Al menos sé que "Lo que te conté mientras te hacías la dormida" estuvo bien, aunque cada vez lo recuerdo menos, y no sé si después lo pudiste o quisiste recordar tú. 

Nunca me había tocado enfrentarme a la muerte, primero de esta manera y luego de tantas otras maneras en paralelo. No creo ni cagando en el destino pero tampoco en las coincidencias; supongo que todo pasa por algo, de esa forma (y de ninguna otra), en ese momento (y en ningún otro). 


Las fotos que hoy dejo son del día de tu funeral y otros registros posteriores. Pasaron hartos meses para atreverme a revelarlas. Siento que dejar acá esas cosas es una ordinariez pero al menos siempre quise ser respetuosa contigo y las poquísimas fotos que te tomé en algunas ocasiones. Sin embargo siempre serán mi refugio.